¿QUÉ RESULTADOS PODEMOS ESPERAR?
En la mayoría de los casos, podemos contar con un adelgazamiento
progresivo cuyo ritmo va a depender de factores como la edad, la porción de
masa muscular, el biotipo del paciente en general y su motivación para
conseguir el objetivo. En general, no es aconsejable un adelgazamiento superior
a un kilo por semana. A lo largo del proceso pueden aparecer, como en otros
tratamientos efectos de “meseta”, cuando el paciente deja momentáneamente de
perder peso aunque esté siguiendo bien las instrucciones. Estos “parones”
suelen tener una naturaleza transitoria.
Lo más interesante es que los cambios que evidenciamos en la forma de
comer suelen hacerse bastante sólidos y permanentes en el tiempo. Además, se va
consiguiendo que finalmente el paciente dependa de sí mismo y tenga el control
de las situaciones y las respuestas. Éste es por tanto un proceso en el que el
psicólogo va dejando una autogestión cada vez mayor al paciente, minimizando
cualquier posible dependencia. El tratamiento termina cuando sabemos que se
produce un ritmo de adelgazamiento relativamente constante y el paciente es
capaz de seguir perfectamente por sí mismo el programa.